Idiota al cuadrado… Como si lo fuera me siento cada vez que te tengo cerca. Me callo, te miro, sonrío y no sé qué decir. Veo cómo mi mirada cae poco a poco sobre un cristal verde y se distorsiona, reflejando mis contradicciones. ¿Te quiero cerca, o no te quiero cerca? ¿Apareciste en mi desierto como oasis… o como espejismo? ¿Te acercaste, o me acercaron? Lo único que tengo claro es que mi miedo es el que te lleva lejos, y yo… me dejo llevar por él.
Dibujo en el suelo dudas con los pies. Algunas llevan tu nombre perfilándolas, y otras, los nombres de quienes me dieron besos en las mejillas. Mis pensamientos coexisten en un griterío que no llega a mi garganta. A veces me pregunto quién le puso una manta a mis labios, que hace que no quieran destaparse, ni despertar de un letargo en el que mecen mis sueños… Mi alfabeto interno se debe de sentir a gusto tan arropado… Otras veces me da por preguntarme, murmurando, con los labios en coma profundo, si no será que todas esas letras que hablan de amor han muerto y no van a resucitar.
Mientras, tú también miras al suelo, y supongo que sonríes pensando en qué decir para conseguir sacarme una palabra. Nada. Ni tú, ni yo. Elevo la vista al techo, luego la clavo como firme chincheta en la pared, y cuelgo de ella proyecciones de mi timidez. Las sombras de un tumulto de gente la bordean, se acercan a ella, agrandándose a medida que rozan los bordes de su figura… Le asustan y ella se achica… otra vez… Y tú vuelves a perderte entre parejas, solitarios, y grupos de gente que ríen sin importarles que mi lengua esté de luto. Cómo me gustaría parar el tiempo en ese momento y congelar todos los cuerpos menos el tuyo y el mío… ¿conseguiría articular palabra entonces?...
Supongo que pienso que no sabré dar la nota… Y al pensarlo, sólo puedo imaginarte dentro de mi cajón de partituras maltrechas; siendo otra corchea sin coleta, otra negra desteñida o alguna de esas redondas anoréxicas… Y la única manera que se me ocurre para alimentarlas es quitarle el pendiente a esa cena… ¿cenar perlas? No, me basta con cenar contigo… donde sea… si tú sigues queriendo, claro.
Canción de la semana: “Idiota” (Nena Daconte)…… “Ya está ahí la luna, qué perra la vida y esta soledad… no quisiera perderme tu tren y saber lo que es malgastarte…….. Solo soy esa cara de idiota”