Ya sonríes de verdad. No es que antes no lo hicieras, pero eran sonrisas difuminadas, aplastadas por una realidad que nadie quería creer. El “dentro de poco” no llegaba a consumirse del todo, y a las cenizas de lo poco que se quemaba de esa espera, sólo se le añadían más cenizas de tardes de paciencia escuchando una y otra vez canciones, que se caían por la cuneta a mitad de su trayecto. Parecía que ese vagón en el que iban encerrados sueños, pesadillas, agradecimientos, momentos y sensaciones no llegaría nunca a su parada final… que paradójicamente es también el principio de un nuevo viaje. Pero hoy ya están aquí, conmigo. Por fin circula algo dentro de mí que salió de tus manos; ya escucho la respuesta de tu corazón. El mío todavía aguanta.
El otro día, para llegar a esa parada final, tuve que subir a uno de los vagones de la línea 6. Me pueden llamar lo que quieran, pero no me avergüenzo de confesar que sentí cómo los cristales del corazón se volvían a deshacer en lágrimas. No sé por qué. Aún no tenía tu pequeña línea circular en mis manos, pero sentía que toda la confianza puesta en ti desde la primera vez que me dijiste que el metro iba a llegar con unos meses de retraso, lloraba de alegría. Has mentido tan bien durante este tiempo que creo que ahora sí, puedo decir que nunca perderé la confianza en ti. Te he creído cada palabra y te he apoyado en todo… porque al fin y al cabo creo que eras más ingenua que yo cuando decías “Anita, que ya no queda nada… en dos semanas empieza a sonar”. Ya suena, y tú ya sonríes… y yo soy feliz por ello. Me encanta verte sonreír.
Ahora no sólo veo la circunferencia, también el círculo. Para el olvido quedan todas las veces en las que me hablaste de tus canciones, de tus horas encerrada en un estudio, de tus peleas por hacer sonar algo en lo que creías por encima de cifras, triunfos y prejuicios, de tus viajes de ida y vuelta por la A-6 desafiando al sueño cada día, de tus decisiones valientes siendo fiel a tus principios… Para el olvido quedan todas las veces en que mis ideas circularon contracorriente a las del resto de la gente que perdía la confianza en tu palabra. Es lo que envuelve al círculo y lo que pocos conocen, pero yo soy consciente de la existencia de parte de esa circunferencia y por eso sé que ahora sonríes de verdad, que si tus ojos, tus ojazos, lloran, lo hacen de alegría; de la alegría de ver que todo por fin va bien… Que ha costado lo suyo…
No olvides que yo sigo yendo donde me lleven tus seis cuerdas, y no olvides tampoco que sólo has de llamar y me tendrás ahí, colgada de una de las notas de tu voz grave para pegarle una patada al silencio si hace falta… Circulo y grito; tú sigue sacando la lengua… bonito gesto de confianza. Tengo ganas de verte y que me digas “Anita, ya suena!”... Te quiero estrellita.
disco de la semana: "Circular" (Vega)
canción: Libres "Quiero llegar a disfrutar de mi vida en singular, voy a vivir mi sueño real para ser yo quién decida ser libre, pisar sobre firme, me niego a ser sólo una más que olvidarán. Vivir sin prisa, vivir mis días, vivir, vivir mi vida con la música dentro de mí"