Bajo del autobús con cuidado; sé que si tropiezo no te voy a tener al lado para agarrarme fuerte en el último segundo y no dejarme caer. Miro al frente y veo uno de esos grandes carteles que anuncian películas de historias que no existen; como tú. Si cierro los ojos para besarte, mis labios no encuentran los tuyos, y si los abro… tampoco. Así que sonrío hasta la mitad (aún te reservo la tuya en mi boca) y sigo caminando. Pasear por la Gran Vía no es lo mismo si no vas a mi lado marcando los pasos que faltan hasta llegar al lugar exacto donde me tienes que besar. Mi mano tiene frío y si se cruza con una pareja, rápidamente se mete en mi bolsillo para esconder su cara de envidia. Camino al lado de un vacío que no hace ningún esfuerzo por chocarse contra alguien que pueda suplantarlo. Tarareo una canción, y otra, y otra… pero no me haces los coros y así me aburro. Entro en una tienda, cojo un libro que leí hace tiempo; cuando aún creía en cuentos de hadas, y me giro para comentarlo contigo… Pero se ve que no te gusta leer… Has desaparecido entre tanta historia de amor y desamor.
Salgo de la tienda y me dispongo a entrar a una cafetería, pero pronto me doy cuenta de que a mi vida le falta azúcar, y el café solo sabe demasiado amargo. Cambio de idea; me bajo a la claustrofobia del metro… donde todo está más lleno, y más vacío a la vez. Y sé que probablemente en uno de esos vagones estás tú, en tu mundo, con tus auriculares y tu mirada perdida… y no puedo hacer nada por llamar la atención de tus ojos. Así que me siento, y a mi lado no hay nadie especial que me ayude a contar las paradas que quedan hasta el final del trayecto. Línea circular… circular… como tú y como yo; el juego eterno del escondite… Ahora te toca a ti y ahora me toca a mí.
Llego a casa, enciendo la televisión y me tumbo en el sofá a ver una película. No estás para abrazarme, así que cojo un cojín y lo aplasto contra mi vientre; al menos me queda el consuelo de imaginarte mientras mi cuerpo se nutre de calor artificial. Termina y espero que salgas de la pantalla como por arte de magia… pero no, otra vez eres de mentira. Me voy a la cama y te hago un hueco en mi colchón, a mi lado, pero tú prefieres quedarte una vez más en el interior de mi almohada. Supongo que pensarás que ahí se está más calentito… probablemente sea así, pero para mí, sobre todo, ahí estás más difuminado… y yo te quiero sentir, tocar, acariciar y abrazar… yo sólo te quiero abrazar.
Vente conmigo de viaje a donde sea, déjate llevar por mí… Voy a arrancar el coche, pondré la mano sobre la palanca de marchas, y cuando sienta la tuya sobre la mía, aceleraré. Hasta entonces, te espero en el vacío; yo los paisajes los quiero pintar contigo… prométeme que no tardarás mucho…o se acabará la poca gasolina que aún me queda.
Disco de la semana: “He perdido los Zapatos” (Nena Daconte)
Canción: “En qué estrella estará”… “He creado un ángel verde y gris, a veces le hablo bajito por si está, le busco por la calle al caminar, a veces le echo de menos si tú no estás, a veces tengo que hacer de tripas corazón, a veces tengo que huir porque no puedo más… en qué estrella estará para cuidar de él”