Estoy harta de preguntarme por qué has reaparecido en mi vida. Te quise querer una vez, te olvidé otra, te he vuelto a querer querer, y ahora parece que el olvido se resiste a volver. Cada día le llamo con más fuerza, cada mañana me duele más cruzar la puerta de la entrada y darme cuenta de cómo, por inercia, mis ojos se elevan hacia la segunda ventana de la izquierda. No sabes lo mucho que me gustaría, a veces, poder borrar el pasillo derecho del primer piso, y a ti con él. Odio cada vez que nos cruzamos y me preguntas qué tal estoy sin contarme lo bien que estás tú… Quizás debería darte las gracias por dejar que me entere a medias, después de tanto tiempo, de algo que otros a quien tú no consideras amigos saben desde el principio.
No esperes mis visitas. Aún menos, esperes mis excusas por no llamar a tu puerta de vez en cuando. No te extrañes si no vuelvo a mandarte un mensaje pidiéndote perdón por cualquier tontería. No pienso acordarme de ti cada vez que suene “Algo contigo”. Nunca me ha gustado estar en medio.
Una última cosa… dile a tu asesora de imagen que los polvos que te echa no deben servir de mucho… desde noviembre no te ha cambiado la cara…
Disco de la semana: “Cerrado” (Christina Rosenvinge)
Canción: Cerrado… “no, no quiero volver, no me interesan las carreras, sé lo que hay al final, un montón de nunca más. ¿Qué demonios queréis de mí? Nunca más me voy a vestir”