Sin embargo, cuando veo que los que me enseñaron lo importante que era aprenderse la definición del verbo tolerar, dejan de tolerar ellos mismos, me enfado. Me enfado muchísimo porque fueron ellos quienes pusieron en mi vocabulario la palabra “respeto” y son ellos quienes pretenden tirar toda su esencia a la basura. Cuando veo cómo quienes me enseñaron que había que escuchar al de arriba, se tapan los oídos, me enfado, me callo, y dejo de hablarles. Todos los domingos tengo cita, intercambio de impresiones con el que todavía escucha, y muchas veces, cuando le doy gracias por los amigos que tengo, comentamos cómo sobre la Tierra hay mucho hombre con el tímpano roto que pretende hablar por los demás, a pesar de no escuchar las burradas que puede llegar a decir.
Estoy harta de leer en los medios palabras que yo nunca pronunciaría, escritas sobre mi boca. Lanzo balas desde los dos bandos, y parece ser que nadie se da cuenta de que no soy una estadística, ni un porcentaje, soy humana; una y única, que nadie se confunda. Yo no tengo millones de bocas. Respeto a quien crea tenerlas, pero por el momento yo pienso de una manera y actúo acorde con esa forma de pensar, sin dejar que nadie ni nada me coloque un manual de comportamiento sobre las manos. Puedo formar parte de una masa, pero en ningún momento perder mi individualidad; ser ese cuerpo que no termina de integrarse del todo.
No es la homosexualidad la enfermedad; la enfermedad es el amor… ¿Quién no se vuelve loco cuando ama a alguien? A partir del momento en el que pisamos la frontera entre el querer y el amar, nos volvemos locos, somos todos enfermos. Por eso no entiendo por qué se da tanta importancia a la vía mediante la cual cada uno llega a ser enfermo. ¿Por qué no disfrutamos de nuestra locura en vez de estar pendientes de la del prójimo? No entiendo, no. No, tampoco a una gran parte de la sociedad.
Lamento que haya gente en el mundo tan frívola que pueda llegar a elegir a sus amigos según su sexualidad, su raza, su nacionalidad o incluso su edad… “elegir”… qué palabra tan fea al lado de una tan bonita como “amistad”. Los amigos llegan, se quedan, y otros se van… Y yo tengo la suerte de poder decir que a mi vida han llegado este año muchos de esos que hoy celebran el día de su orgullo (fiesta que por sus razones, debería ser “intolerable”)… Yo, de lo único que estoy orgullosa es de poder decir que son mis amigos, y de saber que los tengo para lo que les necesite... Y a quien no le guste, que no mire.
¡Pásenlo ustedes bien y disfruten de su fiesta!
Canción del día: “Mujer contra Mujer” (Mecano- versión de Vega y Ainoa)…. “Una opina que aquello no está bien, la otra opina que qué se le va a hacer, y lo que opinen los demás está demás, quién detiene palomas al vuelo, volando a ras del suelo, mujer contra mujer…”