Son muchas, muchísimas, las personas que han visto mundo desde aquí arriba, y lo curioso es que en vez de limitarse a observar y pensar, han tenido que dejar constancia de su visita; como si a alguien le importase. Han perdido el tiempo en dibujar un corazón con dos nombres dentro, metáfora de un sueño que seguramente no signifique nada dentro de unos años, si es que no ha perdido ya todo su significado.
En vez de asomarse y ver cómo no existe un tejado igual, ni dos fachadas seguidas del mismo color, algo que no puede ser captado por todos los ojos del mundo, han subido, se han quejado de las muchísimas escaleras que han tenido que dejar atrás (¿quién dijo que el cielo estuviese cerca?), han escrito su nombre, y se han ido; a seguir viendo sin observar…
Son las… iba a escribir la hora que es, pero me he dejado el móvil (y con él, el reloj) en el coche. Dentro de no sé cuántos minutos tengo que cubrir una carrera de ciclotandems para ciegos. Por desgracia no puedo quedarme a escribirlo desde aquí arriba; estaría “mal visto”. Cierro los ojos e intento ponerme en su lugar, en el lugar de alguien que no ve, pero observa, y es capaz de llevar su bicicleta al fin del mundo, con la única ayuda de alguien que ve un poquito mejor que él.
Apuesto a que si alguno de ellos subiese aquí, [inciso- una lagartija minúscula se acaba de colar entre la piedra y mi cuaderno, que parece ser que sí da sombra… y una avispa me recuerda que no puedo quedarme mucho más tiempo en este lugar] en vez de escribir un estúpido nombre o una fecha maltrecha con el tiempo, jugaría a ser Eliot, y probablemente llegaría más allá de los tejados… Yo quiero ir más lejos… así que cierro el cuaderno y les espero en la línea de meta, que no es otra que la de salida. Visto y no visto, como todo en esta vida… supongo...
Disco de la semana: “Indras” (Indras)
Canción: Para Llegar… “que para llegar siempre hay motivos, aunque al final quiera el destino dar media vuelta y atraparnos en su red. Y hay que buscar más de un camino en este juego clandestino, no hay recompensa si no te dejas la piel…”