Se lo he intentado explicar mil veces, le he querido hacer ver que por su condición de “secreto” no merece más derecho que el de permanecer en silencio, pero se empeña en hacer oídos sordos. Cambiar de dial para que deje de recordarme que existe es imposible, porque ahora mismo es lo único presente en mi cabeza; y la antena de Audacia Momentánea, que me devolvería la inteligencia y haría que mi secreto dejase de sonar por unos instantes, aunque fuesen milésimas de segundo, no funciona desde hace tiempo.
Alguna vez te he mirado, me has dicho algo, y te he hecho repetirlo. En ocasiones soy incapaz de escucharte más de dos frases seguidas sin que mi secreto haga eco en cada cueva de mi cuerpo y neutralice lo que me estás diciendo… Si me preguntas en qué estoy pensando y no te contesto, es porque mi secreto sigue encarcelado… Quizás algún día te preste la llave de su celda, quizás… quizás si finalmente pierdo el juicio contigo, entonces yo seré prisionera de mis palabras, y él… él dejará de ser secreto… supongo…
Disco de la semana: “Sólo para escuchar” (Los Secretos)
Canción: Cada vez que tú me miras… “cada vez que tú me miras he vuelto a nacer, cada vez que tú me miras me haces sentir bien, no me importan las despedidas porque te encontraré”.