Conocerte y subir a La Giralda. El laberinto de jardines que encierra el Alcázar de Sevilla, indefinibles con otra palabra que no sea ‘espectacular’. El huevo derecho, o el izquierdo de Colón. La primera despedida y un “gracias por todo” que aún no he conseguido encajar. La segunda despedida sin querer mirar atrás. Mi primer viaje en AVE. Mi llegada a Córdoba y tu abrazo, y el tuyo. Presentaciones y más presentaciones. Acrobacias en el Bulevar.
Decenas de Veros vigilando mi sueño. Despertar sabiendo que te voy a ver. Pasas separadas de los cornflakes. uVe. Otro abrazo en el que no quiero soltarte. Conocerte por fin y comprobar que “la mandona” está a buen recaudo. Risas. Risas. Sonrisas. Tus locuras. Risas. Carcajadas. Sonrisas. Tus ocurrencias. Entrevistas de trabajo que me roban los minutos a tu lado y me los regalan al tuyo. Horas en el gimnasio que me pesan más que a ti las pesas. Nesteas y más nesteas en un bar y en otro. Salmorejo… salmorejo y más salmorejo. Quedada casi in extremis. Dices que no te encuentras bien. Felicidad y tristeza bajo los chopos. Llamas una hora más tarde y parece que te encuentras mejor. Apareces y me robas todas las sonrisas. Descubro que tengo un padre cordobés. Marujeos y más marujeos. Cambio de planes e incredulidad. Me encantan las sorpresas. Cinco goles y dos de Raúl. Más Veros de noche y tu carita mientras duermes por la mañana, contemplándote sin querer despertarte. Más salmorejo y tu simpatía, y la tuya, y tu extraña timidez. Entrevistas de trabajo y gimnasios que pasan a ser ladrones descarados. Más risas y más sonrisas. Conversaciones con mensajes entre líneas en un foro a las 2 de la mañana.
Último día. Los segundos corren más de lo habitual. Otro de esos abrazos que duelen, quiero que subas pronto a verme. Saludos y despedidas en menos de 15 minutos. Tu llamada. Las últimas prisas, las últimas risas, los últimos abrazos que son solo para mí… Tu segunda llamada. Despedidas y miles de gracias. Tu coche preparado para el viaje. Eres especial, mi penúltimo abrazo es para ti, por hacerme sonreír a cada momento, nos vemos pronto. Una coca-cola sin cafeína para ti, y otra para mí. La planta de Amelie. “Dúos soñados” en la carretera… con Quique González, con Christina Rosenvinge, con K’s Choice… me pones la piel de gallina. Tú preocupándote por mí cada 20 minutos. Parada, meada y chocolates. Conversaciones banales y trascendentales. Despeñaperros; prueba superada. Ojalá pudiese sacar mi mp3 y grabarte “destrangis”. Parada, compras el famoso queso y te vuelves una histérica antes de darte cuenta de que tienes el móvil justo a tu izquierda. Maketiza; otra prueba superada. Más conversaciones y muchas risas, parece que confías en mí. No quiero que este viaje se acabe nunca. Abrazo gigante en la puerta de mi casa. Sé que lo sabes… eres adorable…
Disco de la semana: Cama-león (Tiza)
Canción: Segundos en el Tintero… “y el asfalto era la arena, y aquel rellano tu playa y los faros luna llena, y el neón de las fachadas tiritaba a nuestro paso cuando el calor le robabas y lo ponías en mis labios”.