Despliego el papel y sonrío al ver la tinta de una pluma: había olvidado tu forma de tomar apuntes en clase, como si estuvieras escribiendo una auténtica novela, convirtiendo lo aburrido de la sociología de la información en un espectáculo para la vista. Siempre me han fascinado las letras escritas con pluma; parecen la aristocracia de los folios en blanco… y de repente me encuentro que parte de esas letras vestidas de gala me invitan a su fiesta. ¿Gracias? No entiendo… Yo lo único que he hecho ha sido prestarte unas hojas manchadas de bic y rotulador fosforescente… y tú me estás regalando tu sexto sentido… la que está más que agradecida soy yo. Termino de leer la nota, descubriendo que hay más… que hay una primera página escrita, y música que acompaña a esas letras. Ahora sí, me espero a llegar a casa, a pesar de que la impaciencia me salude por la ventana a lo largo de todo el trayecto y me acompañe por todo Segovia. Al llegar a mi habitación, lo primero que hago es sacar el regalo de la mochila.
Cojo el CD cuidadosamente y lo meto en la minicadena… primera nota de la primera canción y primera letra de la primera página… Llego a esa frase en la que tú dices “todo seguirá su curso, porque cada día es nuevo y es viejo, todo depende de la intensidad con que se viva”… y una vez más me has vuelto a dejar sin palabras… Has hecho que quiera empeñarme en que, a partir de ahora, todos mis días sean nuevos...
Canción del día: Bad day (Daniel Powter)… “Cause you had a bad day, you're taking one down, you sing a sad song just to turn it around, you say you don't know, you tell me don't lie, you work on a smile and you go for a ride…”