Ojalá el botón de la telepatía estuviese encendido siempre y saliésemos a la vez, al contar “tres”. Ojalá no existiesen las dobles interpretaciones, ni las falsas emociones. Ojalá las palabras escritas llevasen un tono de voz incorporado. Ojalá no fuese disléxica y ojalá no cambiase el sentido de las letras para leer lo que yo quiero. Ojalá el camino fácil estuviese cortado y no quedase más remedio que salir a buscarnos en el difícil. Ojalá nos encontrásemos entonces… sin cortafuegos de por medio…
Ojalá algún genio saliese de una lámpara, aunque fuese de hojalata y tuviese que frotar durante más tiempo de lo normal, y me concediese el deseo de mi única locura… Ojalá fueses libre y yo… yo ojalá no fuese tan presa de mis sueños. Ojalá mis suspiros bastasen para llevar aires nuevos. Ojalá el miedo me hiciese temblar cuando te tengo cerca y así, al menos, habría alguna oportunidad de que me abrazases… porque a veces pienso que ojalá fueses consciente de las ganas que tengo de abrazarte…
Ojalá nadie me diga que esto que he escrito le hace pensar en Silvio, porque yo no quiero que se te acabe la mirada constante, ni la palabra precisa, y mucho menos la sonrisa perfecta. Ojalá nadie me lo diga, porque no quiero que pase nada que te borre de pronto… Ojalá nunca le hubiese leído a una amiga la siguiente frase; “no tengo presupuesto moral para esta historia”, porque así, en el ring en el que se baten cada noche mis pensamientos, no sería siempre la campeona.
Disco de la semana: “3” (Alejandro Sanz)... con duvedé y tó…
Canción: La fuerza del corazón … “es algo que te lía, una descarga de energía, que te va quitando la razón, te hace tropezar, te crea confusión, seguro que es la fuerza del corazón, es la fuerza que te lleva…”