Este año te toca a ti. Sí, tú; esa que a veces viene, otras desaparece, y otras ni siquiera aparece. Me caes bien y no sé por qué. Me pareces interesante. Sí, definitivamente eres interesante. No me preguntes por qué, sólo sé que te llamas Marina, y que si no te sientas con Pablo o con Yolanda, prefieres hacerlo sola, dejando una silla de margen a cada lado. Y siempre atrás; siempre atrás a la izquierda, donde puedes observar a todo el mundo. Supongo que, entre otras cosas, por eso me pareces interesante, porque se ve que eres consciente de que es mejor estar sola que mal acompañada, y eso es difícil de asumir en una facultad con tanta, tanta, tanta gente.
Creo que eres gallega, aunque igual me equivoco. Me encanta tu manera de preguntar en clase. Hay veces que el profesor dice algo e intuyo que vas a preguntar. Y lo haces. Eres la única persona de clase a la que me gusta ver levantando la mano, porque siempre haces preguntas inteligentes o, al menos, las vistes de una forma que lo parecen. Me encanta verte aparecer un día sí y otro no, y otro no, y otro no, y otro día que parece que tampoco, pero de repente vienes a una de las tres clases. Y sonrío al verte cruzar la puerta, y la verdad es que desconozco el porqué, porque sólo sé cómo te llamas (bueno, también sé cómo te apellidas), pero tampoco le busco una explicación. Yo… es que… soy rara, y misteriosa, misteriosa también por eso me encanta fijarme en la gente que me parece más rara y más misteriosa que yo, porque me queda mucho por aprender.
Llegas con tu bolso grande, te sientas, sacas tus gafas de pasta roja, te las colocas cuidadosamente, y esperas paciente a que comience la clase. Te miro de reojo de vez en cuando, y me encanta tu cara de concentración, y tu sonrisa de medio lado, la manera en la que a veces asientes con la cabeza si estás de acuerdo con el profesor. Me encantaría ser tu amiga, o al menos tu conocida, y que de vez en cuando me contases algo increíble que te ha pasado. Y es que tienes cara de haber vivido situaciones increíbles. ¿Ves? No me mientas, seguro que eres interesante.
Las camisetas a rayas te hacen parecer más interesante todavía. Me explico; es como si en cada raya hubiese una línea escrita sobre ti en rotulador transparente, dispuesta a ser descubierta por alguien, pero no por cualquiera. También me encanta la manera en la que hay días que apareces perfectamente peinada, y otras en las que parece que no has tenido tiempo para mirarte en el espejo, perfectamente despeinada… Seguro que esos minutos los has empleado en hacer cosas más importantes, más interesantes. Eres la mejor frase de El Principito personificada; lo que los ojos no pueden ver, pero intuyen. Me encanta la gente que no es como el resto, y tú, creo que eres de esas.
Espero que si algún día te encuentras con esto, lo lees y piensas que para nada eres interesante, me sigas la corriente, y continúes pareciéndolo, porque lo cierto es que mis clases este año no serían lo mismo sin ti; sin tu sonrisa de medio lado, sin tus camisetas a rayas, sin tu mano levantada… Lo dicho, encantada de querer conocerte.
Canción de la semana y que creo que va a durar…: “You and me” (Life house)
“what day is it, and in what month, this clock never seemed so alive. I can’t keep up, and I can’t back down, I’ve been losing so much time… cause it’s you and me, and all of the people with nothing to do, nothing to lose, and it’s you and me and all of the people and I don’t know why I can’t keep my eyes off you…”