Aún no lo he descubierto, porque todavía estoy peleándome con reglas y brújulas, intentando averiguar cómo funcionan. Y es que desde que apareciste en mi vida, los centímetros parecen kilómetros, y las excepciones no confirman, rompen las reglas y ya he perdido la cuenta de cuántas llevo destrozadas… Además, desde que te conozco no sé ni dónde está el norte... lo he perdido, y como llegaste como una sorpresa, no me dio tiempo a meterle garbanzos en los bolsillos, así que probablemente tarde en regresar… si es que alguna vez lo hace.
Creo que ya no quedan islas desiertas, pero cerrando mucho el ojo izquierdo y acercando el derecho al mapa, he visto que aún queda algún que otro ático abuhardillado y solitario en el que poner una bandera de alfombra. Vi uno en Montmartre que me enamoró… es que ese barrio es mágico, ¿sabes? pero es un poco caro. En París todo es caro, aunque lo cierto es que, en estos momentos, no me importaría arruinarme allí contigo; subir a la Tour Eiffel y comer crêpes para desayunar, echar carreras a lo largo de les Champs Elisées y sacarle la lengua a la Joconda, perdernos por los jardines de la casa de Rodin, y parar el tiempo en el reloj del Musée D’Orsay. Luego llevarte a la Ópera Garnier y ver el ballet; tienes que verlo… es como una caja de música. Es alucinante… como tú. Me encantaría llevarte allí alguna vez, pero sólo de vacaciones, porque está lejos de casa, y además, correría el riesgo de dejarte por Amelie… y a mí solo me apetece estar contigo.
Así que tengo que encontrar algún punto negro, como los de la casa de Gran Hermano, que no esté ocupado por nada ni por nadie; que sea para ti y para mí. Tenemos tanto en común, que si me pongo a pensar, creo que es lo único que nos falta. El mundo es muy grande, tiene que haber algún lugar hecho a nuestra medida. Y sé exactamente en qué coordenada está… pero hasta que no lo encuentre no te lo puedo decir.
¿Sabes lo peor de todo esto? Que no sé por qué me empeño en hacer planos, digo planes contigo… si sé que el mapa del tesoro lo encontraron antes que yo…
Disco de la semana: “Circular. Cómo girar sin dar la vuelta” (Vega)
Canción: “Clave de Sol”… “…hoy quiero dejarlo para no llorar; que una ostia duele y la verdad también, y la verdad da más… hoy me he perdonado no querer soñar…”