Paro porque me voy. Me voy tres días al sur: setenta y dos horas de pellizcos para despertarme de un sueño que ya está durando demasiado. Duras demasiado. Pero eres el mejor sueño que he tenido en toda mi vida. Shhh. Que se callen los latidos. Que se callen, que se callen, que se callen. Te llevo conmigo de viaje. Shhh. Te veré en la ventana. Salúdame si ves que me aburro. Coge mi mano si me asusto bajando por Despeñaperros. Shhh. Shhh. Shhh. Que se callen. Ríete de mí si se me abre la boca al quedarme dormida, y también si me doy contra el cristal por perder el control de mis actos. Y yo te echaré la culpa, porque eres tú, en mi imaginación, quien me mueve y me remueve. Shhh. Que se callen.
Se me cierran los ojos. Dentro de siete horas despego desde el andén. Los autobuses no vuelan, pero el tiempo que estaré en la ciudad de la Mezquita sí. Otra vez otra cuenta atrás. No sé si me echarás de menos… yo a ti sí. Supongo. Shhh. Aunque pienso seguir intentando que se callen. Silencio. Quiero descansar. No voy al sur para buscar y recuperar el norte. Ni siquiera voy para tenerte lo suficientemente lejos como para que haya interferencias entre tú y yo y se corte la comunicación. Voy para escuchar música. Espero que no sigas estando en cada canción… shhh. Shhh. Shhh. Que se callen.
Disco de la semana: “Canciones para el tiempo y la distancia” (Iván Ferreiro)
Canción: Canciones para el tiempo y la distancia… “Perdí cientos de horas en buscar un lugar donde tocar el suelo y encontré dos mil palabras que guardar. Y vi toda mi vida alrededor, canté cien escogidas al azar sonó como si ya existiera”
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