Tiene gracia; es como estar nadando en un mar de dudas pero sin nadar; ni a crol, ni a mariposa ni a braza… abrazar…Te juro que no te entiendo. Ni te entiendo ni me entiendo. Claro que tú… tienes que entenderme muchísimo menos. Te escribo lo que te escribo y cuando te veo no sé ni quién soy. Me duele la cabeza y repetirme una y otra vez lo que te oculto y lo que me gustaría decirte, no ayuda. Es difícil, ¿sabes? Estar harta de una situación y a la vez verse incapaz de dar el paso. ¿No te lo has preguntado nunca? ¿Cuántos pasos hay que dar para llegar al primer paso? Tengo el alma tan arrugada como las yemas de los dedos… demasiado tiempo así. Demasiado tiempo…
A veces la miro y me pregunto cuánto más aguantará, a veces me pregunto incluso si… si echándole más agua encima... más, más, más… se romperá, y con ella el hechizo. Porque estoy convencida de que lo mío contigo es un hechizo. Me tienes hechizada; no sé si queriendo o sin querer… pero tiene que ser eso, porque si fuese un simple sueño, un chorro de agua fría me despertaría. Y no… ya lo he intentado… y no.
Salgo y me pongo el albornoz… me queda tan azul como el disfraz.
Canción de la semana: “Kilómetro 0” (David Copper)
“Como unos delincuentes que se escapan de la policía, marcamos el ritmo a historias de amor, que a veces parecen de ciencia ficción, a lomos de sueños imposibles…”