Te he dado la paliza siete millones de veces (por lo menos). Te he hablado una y otra vez sobre el mismo tema, sobre diferentes melodías pero la misma voz, sobre tu forma de cuidarme, de mimarme, de hablarme desde que te conozco. Te he contado lo mucho que me importas; tú y tú. A base de hablar y de hablar, y de hablar más, te llegué a cambiar el punto de vista que dio a toda España una caja tonta, y a ti te regalé un disco de los que ni se graban en estudios ni se venden en los centros comerciales, momentos antes de meterme en tu coche, prácticamente obligándote a ponerlo durante el viaje. Y te gustó; y lo escuchaste aún cuando yo no estaba delante, y te aprendiste las canciones. Me pasé un día entero escribiéndote mensajes para que vinieses al concierto, y en el último momento lo conseguí; apareciste. En mitad de la actuación pronunciaste un nombre. Te quedaste de piedra, me miraste y yo juré un millón de veces que yo no había dicho nada, que aquella vez yo no había sido. Te presenté a ti, y a ti te presenté a ti. Te susurré al oído que al día siguiente había concierto; apareciste y te sabías las letras de las canciones. A ti te pareció increíble. Aquel fin de semana también tuve una sonrisa infinita, sólo reciclable por la que me regalaste este viernes.
No creo, por mucho que te lo imagines, que llegues a saber cómo me siento; feliz, orgullosa, consentida, agradecida, emocionada, pequeña, grande, temblando… dos noches después, temblando. Ni siquiera pude llorar, ni siquiera puedo llorar, ni siquiera podré llorar al recordarlo, y sin embargo me emociono cada vez que le vuelvo a dar al play desde hace una hora. Me siento orgullosa por tenerte a mi lado, a veces más cerca y y otras más lejos, pero siempre a mi lado, o por lo menos, en mis oídos.
No sé quién eligió que tu canción, tu voz, llegase a emocionarme, a impactarme de tal modo en el interior que llegase a rebotar una sensación al exterior… Sólo sé que mi ángel de la guarda musical dio en el clavo; fue a parar a las cuerdas vocales de las que colgaban dos corazones increíbles. Te quiero a ti y te quiero a ti. Ya lo ves… te estaré agradecida de por vida… por mucho que ni siquiera yo le encuentre explicación.
Canción de la semana: Ya lo ves (cantada por Tiza y Vega) para quien quiera escucharlo… aquí la tiene: http://www.cmusical03.com/buhoreal/player/player.php?cancion=12006
“Y te debo la vida, eso a veces me alivia… y te debo la muerte también… Ni siquiera tu nombre me deja ir sin ti… ya lo ves”