El caso es que he vuelto. El desconector de mente tampoco lo encontré junto al zapato; se ve que este año he sido demasiado mala, o demasiado pedigüeña, según se mire... Pero, ¿y tú? ¿sigues ahí? Hace tiempo que no miro las estadísticas, pero aguarda un momento, que voy a pasar lista. Sí, ya te veo; vaya, gracias por no cansarte de mí. Es gracioso, no hay día que no le preguntes al señor Google por mí. Así que todavía no soy lo suficientemente buena para que me coloques entre tus favoritos, ¿eh? Bueno, pues haz lo que quieras, pero un día el señor Google se va a cansar de que le preguntes por mis soliloquios y va a empezar a ignorarte, porque “soliloquios” es una palabra complicada de pronunciar, y tiene tantas letras que debe ser un fastidio ponerse a buscar algo tan largo en el universo de las tres uve dobles. Y una pérdida de tiempo, sobre todo una pérdida de tiempo; y como te he dicho, las horas están muy caras y muy mal pagadas. De todas formas, gracias; aunque no sea una de tus favoritas me gusta saber que me buscas y estoy encantada de que me encuentres.
¿Y tú? Tú eres nueva. Tú venías buscando ejemplos de soliloquios, pero seguramente no los míos. Pues de verdad que lo siento; si puedo servirte de ayuda... Una vez hace mucho tiempo me leí Hamlet, y también vi la película (que por cierto, recuerdo que, como todas las películas sobre libros que ya he leído, me decepcionó muchísimo), así que si es el soliloquio de él uno de los que buscas, quizás podría ayudarte... Aunque pensándolo bien, sólo recuerdo que decía algo como “to be or not to be, that is the question”... ¿hablas inglés?. ¡Anda mira! Aquí hay otro que también venía buscando ejemplos de soliloquios. ¿Por qué no os intercambiáis los números de teléfono? Quizás podáis ayudaros más de lo que puedo hacerlo yo. Además, he leído por ahí que Internet es una buena herramienta para ligar... No sé, yo no me lo creo mucho, pero ¿quién sabe? Seguro que Cupido ya les ha incorporado el wifi a las puntas de sus flechas.
¡Anda! ¿Tú eres enanita? ¡Venga ya!, no me lo creo. ¿Y por qué se lo cuentas al señor G.? (le llamaremos así, que suena más misterioso, y yo creo que tiene que estar hasta las narices de que todo el mundo lo conozca y no lo pare por la calle)¿Es tu confidente?¿Tu amante?¿Os acabáis de conocer?. Podías contarme bien la historia, porque al verlo así da la sensación de que por ser mujer, y más fea que Blancanieves y más bajita que la madrastra, te hicieron vacío y te sacaron del cuento. Seguro que el único enanito que no era machista era mudito, y por eso nadie le pudo hacer caso cuando quiso enfrentarse a todo el mundo para que dejasen que te quedases en la historia. Ahora que lo pienso, si llegas a formar parte del cuento... ¡El título habría sido más largo de lo que ya es! ¿Te imaginas? “Blancanieves y los siete enanitos y una enanita, que sumados hacían ocho”. La verdad es que no te voy a mentir, y no creo que la razón esté en que tú no estabas en el reparto, pero a mí ese cuento nunca me gustó. Yo siempre he sido de Peter Pan... y de Mary Popins, de Mary Popins también. Esos sí que eran cuentos bonitos; ¿Y el mío? ¿Te ha parecido bonito? Porque tú has llegado aquí buscando un cuento bonito... pero es que el viejo G. no se entera de nada, porque en ningún momento escribí que el mío fuera bonito, sino que se trataba de un cuento para soñar bonito; que no es lo mismo. Bueno, si te lo has leído y te ha parecido bonito, me encantaría que me lo dijeras. Es bonito cuando te suben el ego de esa manera. Y si no te ha parecido bonito, también me lo puedes decir, porque ¿sabes qué? A la persona a la que le escribí ese cuento le encantó. Y con eso me basta.
Bueno, me voy a ir despidiendo, que ya es línea (la 53 para concretar). Pero antes quería contarte que este es mi post 101, como los dálmatas (por cierto, ¿cómo es esa camiseta de el mundo a mis pies? Si no es de la marca Cruela de Vil y es bonita, me la podías enseñar si la has encontrado después de pasar por aquí). Y que no se me ocurrió mejor manera que celebrarlo dándote las gracias de esta manera... Unas ciento unas Gracias por estar ahí, por decir, por callar, simplemente por pasar y largarte rápidamente porque tenías prisa por llegar al planeta platón, donde dan una fiesta en la que ¿quién sabe si pondrán la canción de días rojos? Si la ponen, hazme un favor; copia la letra, que alguien ha llegado hasta aquí preguntando por ella y yo no me la sé.
Disco de la semana: “Dos pájaros de un tiro” (Serrat y Sabina)Canción: Aquellas pequeñas cosas... “son aquellas pequeñas cosas que nos dejó un tiempo de rosas; en un rincón, en un papel o en un cajón...”