Aunque a mí me debería haber pedido el carnet para entrar, Siglo se ha hecho un poco el loco y me ha permitido echarle un vistazo. Yo también quería asegurarme de que podía fiarme de él, porque necesito garantías de que entres donde quiera que entres no te voy a perder de vista; que ni la distancia en la edad nos separe, porque desde hoy vuelves a tener tres más que yo, y tres son multitud. Le he preguntado que si me dejaba darte una fiesta sorpresa, pero Siglo es demasiado sigiloso y me ha dicho que ni hablar. Así que me he vuelto a permitir otra licencia; la de dejarte cajitas repletas de cada una de las cosas mías y tuyas, compartidas, que creo que deberían encontrar sitio en ese cuarto, aunque luego, cuando las abras y las mires de nuevo, ya decidas tú qué es lo que cuelgas de la pared, qué es lo que colocas sobre las baldas, y qué tiras a la basura.
No te asustes, las cajas son pequeñitas, pero verás que, al abrirlas, el tamaño de lo que llevan dentro se magnifica. Siglo me ha dicho que cree que no debería de haber problemas para que todo quepa, aunque yo no estoy muy segura. La primera caja que he dejado en el suelo es la del verano del 2006; espero que el periódico quepa dentro con todas las conversaciones a voz en grito y también aquellas entre susurros, el concierto de Rosana, los viajes a la Granja, los artículos a medias sobre coches en miniatura, la judiada, mi carta, tu carta... Luego hay más cajas en las que he metido todos los entrenamientos, esos viernes que llegaban siempre en el momento preciso, los partidos, algún gol que te dediqué, los planes que hicimos y que siempre acababan terminando en pendientes y en “algún día”, los mensajes de móvil por la noche chivados por Horacio y La Maga, las canciones que he intentado colocarte de banda sonora, los libros leídos, tus agendas de Navidad, los viajes en tu coche, los e-mails por la noche para despertar por las mañanas, los partidos en la grada, los regalos por sorpresa, los regalos esperados, la carta... La verdad es que ahora mismo hago memoria y sé que me dejo cosas fuera, pero bueno, ya verás cómo todo está ordenado y en las cajas. No te tropieces con ellas, cáete sobre cada uno de los recuerdos que tienen guardados.
Espero que el cuarto de Siglo sea lo suficientemente bueno para ti... aunque, en realidad, dudo que haya algo suficientemente bueno para ti.
Sopla las velas y pide un deseo...
Canción de la semana: Nueva York (Vega)
“Por si un día decides que aquello valió la pena, si descubres que ya no te importa el qué dirán, si te pesan las cicatrices, la nostalgia de tiempos felices, dando vueltas por este cuadro me encontrarás...”